Un embarazo normalmente es una noticia de felicidad para la pareja que buscaba tener un hijo. La vida de la mujer cambiará desde ese momento, ya que deberá realizar varios cambios en su rutina diaria buscando lograr el mejor estado de salud para sí misma como para su hijo.
En este sentido, toda mujer embarazada deberá controlarse desde el primer momento con un profesional de la salud, que podrá ser un médico o una partera, de esta forma se podrá controlar como se va desarrollando el feto. A través de simples exámenes de sangre y orina se podrán buscar alternaciones fisiológicas en la madre, que puedan estar afectando a su hijo, para modificarlas y evitar problemas futuros.
En cada control de la mujer embarazada se medirá la altura uterina, se la pesará, tomará la presión arterial y se escucharán los latidos del bebé. Estas simples maniobras asegurarán que todo marcha como corresponde a un embarazo sin complicaciones.
También se agregará la realización de ecografías para evaluar el crecimiento fetal, se podrán incluir otros estudios según la recomendación médica y la necesidad particular de cada paciente.
Un adecuado control del embarazo permite evitar problemas futuras en el recién nacido y en su madre.