Cuidado del bebé durante su primer trimestre de vida

Los principios de la maternindad pueden no ser de lo mejor, principalmente para aquellas que son madres por primera vez y no tienen experiencia en el día a día del cuidado del bebé. Pero hay que tener en cuenta que para el bebé es muy importante el calor y amor de la madre y el padre, así que hay que tratarlo con el mayor cariño posible y tener paciencia máxima para entender cada una de sus situaciones. Luego de las primeras semanas, las cosas serán más sencillas.
Primer mes: Durante los primeros días del primer mes, nuestro bebé cambiará constante y rápidamente, por lo cual habrá que tener la mayor adaptación posible e intentar agarrarle la mano al ritmo en el cual se maneja. Podremos ver en sus primeras semanas que ya comienza a controlar más el movimiento de sus ojos y a fijar mejor la mirada, por lo cual serán semanas de reconocimiento del ambiente que lo rodean para el pequeño. También, podemos notar que se encuentra más activo y logra demostrar más sus estados de ánimo, por lo cual, de a poco nos ensenará su temperamento.
Segundo mes: Anteriormente solo manifestaba su malestar, mientras que en estas semanas podemos ver cómo nos da muestras de placer, llegando a saber más de sus estados de ánimo y a disfrutar de sonrisas que nos darán más ánimos en el placer de la maternidad. Además, no reconoce la diferencia que hay entre el día y la noche, por lo cual no sería raro verlo dormir hasta más de siete horas seguidas durante el día. Si queremos solucionar eso, es importante entonces, hacer que no duerma más de cuatro horas seguidas, despertándolo de manera suave.
Tercer mes: En este mes ya podemos ver un gran desarrollo de la personalidad del bebé, que se va formando de acuerdo a su entorno familiar y a el ritmo de cuidado que le demos, no hay una manera en especial de cuidarlo, ya que la personalidad de cada bebé es distinta, porque depende del cuidado que le demos, y este depende del ritmo por el cual se maneje él.
Durante estas semanas podemos observar que mantiene erguida la cabeza durante un tiempo más prolongado y también logra levantar sus hombros cuando se encuentra boca abajo, debido a que ya ha desarrollado mejor su tono muscular. Además, puede ya girar su cabeza para así mirar a su alrededor o seguir ciertos objetos.
Puede ya en estos momentos, mover los brazos a su antojo y hasta agarrar objetos, así como su succión es más coordinada y prueba con la boca todo lo que se le pueda cruzar por el camino.
Estos meses no son nada complicados si ponemos empeño y disfrutamos los placeres que nos da ver cuando cesa de llorar o cuando esboza una sonrisa, que puede llenar de energías a cualquier padre o madre.

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