Diferencias entre las principales leches para bebés

Las leches para bebés tienen como ingrediente principal la leche de vaca. Sin embargo, esta no puede comprarse con la materna por lo que se le añaden nutrientes como aceites vegetales, proteínas, vitaminas y sales minerales con el fin de aportar al lactante todos los componentes que necesita para un sano desarrollo.

Actualmente es posible conseguir en el mercado una gran gama de leches para cubrir las necesidades de los pequeños en todas sus etapas, recordando que lo más indicado es consultar a un profesional para poder decidir sobre el tipo de alimentación correcta que va a depender de la edad, peso y necesidades específicas de cada bebé.

Lo mejor para el sano crecimiento de los bebés

Cuando se trata de alimentar al bebé, la leche materna siempre será la mejor opción, pero si no es posible amamantarlo es cuando surge la duda de cómo elegir  la leche más adecuada ya que no todas las marcas de leche para bebes son iguales. Es necesario conocer cuál es la más recomendada para que favorezca el desarrollo y salud de los pequeños.

Algunas de estas leches están fortificadas con hierro, otras contienen ácidos grasos como ARA y DHA, otras están diseñadas para esos pequeños que son intolerantes a la lactosa mientras que existen otras específicas para quienes requieren una mayor cantidad de nutrientes de acuerdo a su crecimiento.

Es necesario conocer los diferentes tipos de leches, recordando siempre que es el pediatra el que establece el momento ideal para pasar de un tipo de fórmula a otra por ser quien mejor conoce el estado madurativo del pequeño.

Leches de inicio

Las recomendadas para los lactantes desde los primeros días de su nacimiento hasta que se les pueda introducir una alimentación más completa. Son fórmulas que aportan todos los nutrientes que necesita el bebé para un sano crecimiento. Son fabricadas teniendo como modelo la leche materna con el objetivo de cubrir todas sus necesidades desde los 0 a los 6 meses aunque es posible utilizarlas como un complemento de otros alimentos hasta el año de edad.

Leches de continuación

Esta puede comenzar a ser ingerida por el bebé cuando ya se ha introducido una alimentación complementaria como cereales o frutas a partir de los 6 meses, garantizando las necesidades nutricionales ya que son ricas en proteínas, hierro, vitaminas, glúcidos y calcio en concentraciones un poco más altas que la leche de inicio.

Leches de crecimiento

Indicadas para niños entre 1 y 3 años con una composición intermedia entre la leche de continuación y la leche entera. Son una excelente alternativa a la introducción precoz de la leche pura de vaca por tener un menor contenido de grasas saturadas y  más concentración de proteínas y minerales que son ajustados al grado de maduración del sistema renal y digestivo de los pequeños.

Factores para elegir la leche adecuada

Hay factores que se deben considerar para saber elegir la mejor leche, por ejemplo:

  • La edad del bebé: Es un aspecto importante ya que existen para cada rango de edad y con diferentes composición, de manera que no es lo mismo una fórmula para recién nacidos que para un pequeño de 1 año.
  • Presentación de la leche: Existen las que son listas para usar y que no requieren mezcla o medición. También las hay en polvo que, aunque son más económicas, deben seguirse correctamente las instrucciones y las de concentrado líquido que deben mezclarse por partes iguales de fórmula y agua.

Pautas que se deben tener en cuenta

Según las necesidades nutricionales existen pautas que se deben tener en cuenta a la hora de elegir la leche para bebés, de manera que a la hora de comprar es necesario leer la etiqueta y buscar:

  • Leche sin lactosa, es decir el azúcar natural de la leche, en casos de que el bebé sea intolerante.
  • Que contengan un bajo contenido de proteínas.
  • Evitar los azúcares añadidos.
  • Con un alto contenido de hierro, ácidos grasos, Omega 3, vitamina D y DHA.

Gracias a que los nutrientes que aportan las leches para bebés son similares a los de la leche materna, ayudan a reforzar las defensas y el sistema inmune, mejorando la digestión y el movimiento intestinal, factores que favorecen  su desarrollo y crecimiento de forma segura, además hacen que sean preferidas por las madres que por determinadas circunstancias no puedan amamantar.

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