La mejor alimentación que puede recibir un recién nacido es la leche materna. La misma contiene todas las sustancias en las concentraciones adecuadas para su supervivencia y su desarrollo óptimo.
Es un alimento que no tiene costo para la familia, está siempre disponible, a la temperatura correcta y es seguro. Además incluye algunas sustancias que la madre le aporta para las defensas del recién nacido durante los primeros seis meses. La lactancia materna no sólo favorece al bebé sino que disminuye la posibilidad de cáncer de mama en la mujer.
Durante el periodo que la madre está amamantando deberá tener algunas pequeñas recomendaciones para su propia salud y la de su hijo. Debe consumir abundante cantidad de líquidos: agua, refrescos, infusiones; su alimentación deberá ser balanceada y variada. El consumir alimentos diversos asegura que se ingieren las diferentes vitaminas, minerales y oligoelementos necesarios. La cantidad de alimento aumentará significativamente pero no es necesario comer de forma desmesurada y continuamente. Se deberán respetar las cuatro comidas diarias habituales. No se deberá consumir alcohol en ningún momento del día y se evitará fumar.
Mientras que se cumplan las recomendaciones no son necesarios los suplementos a las dietas de las madres, aunque en alguna ocasión el médico podrá indicarlos por una necesidad particular.
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