El contacto en la relación con el bebé

En el masaje diario, la madre acaricia al bebé rítmicamente y le habla, forjando así los vínculos de confianza y seguridad tan importantes para su futuro desarrollo.

Seguramente la relación con tu hijo ha empezado desde mucho antes de que naciera. Desde que estaba en tu vientre platicabas con él, le cantabas y lo arrullabas, le pedías que no se moviera tanto cuando tratabas de dormir o que diera pataditas para que lo sintiera su papá. Sin embargo, ahora que lo tienes frente a ti, comienza una nueva etapa en la que tú y tu bebé se relacionarán de manera más estrecha. Aprende cómo a través del tacto, puedes favorecer esta relación.

¿Qué pasa con tu bebé antes de nacer?

Antes del nacimiento el cuerpo del bebé se inunda con una hormona llamada ACTH para prepararlo al estrés que supone el nacimiento y el aprendizaje que tendrá más tarde. Una vez que el bebé nace la glándula pituitaria manda el mensaje a la hormona para que deje de segregarse, ¿Sabes por qué lo hace? Porque a través del contacto con la mirada, el tacto y los latidos del corazón de la madre, el cuerpo del bebé sabe que está a salvo y contenido. Un masaje diario aumenta el umbral de estimulación en la mayoría de los bebés.

Cuando el bebé nace, su Sistema Nervioso no está desarrollado por completo, sin embargo, la estimulación sensorial ayuda al desarrollo, el masaje acelera la mielinización, la cual es necesaria para cubrir cada nervio de dicho sistema y a su vez, pueda darse el impulso de las neuronas que fomente el desarrollo de la inteligencia. Además al intensificarse la relación cerebro-cuerpo, ayudan a prevenir y/o aliviar los cólicos, tonifica el área digestiva, ayuda a mover los gases y la materia fecal hasta expulsarlos, todos esto se debe en parte, a la inmadurez del Sistema Nervioso.

Benfecios del masaje infantil

Es una de las experiencias de relajación más efectivas que pueden ofrecerse al bebé.
Se refuerza el vínculo afectivo entre los padres y el bebé.
Se fortalece la confianza y la comunicación con el bebé.
Ayuda a los padres a entender mejor las necesidades del pequeño.
Proporciona al bebé la posibilidad de experimentar sensaciones nuevas.
Estimula el desarrollo pulmonar del bebé y mejora la circulación.
Alivia el malestar producido por los cólicos y libera las tensiones.
Ayuda a ganar peso a los bebés prematuros y favorece la respiración.
Actúa favorablemente sobre el sistema inmunológico.
Ayuda al adecuado tono muscular, necesario para sostener su cabeza, girar, sentarse solo, gatear, caminar, etc.

El masaje estimula la producción de endorfinas, produciendo un efecto placentero.
Reduce el nivel de tensión.
La importancia de los vínculos

Los vínculos de amor y confianza, las elecciones de bondad, ternura, abertura y respeto inherente al masaje, irán con el bebé hasta que llegue a ser adulto. Estos tempranos vínculos de calor e intimidad, contribuirán a la formación de valores positivos y a un positivo comportamiento posterior.
fuente: http://www.remimexico.org.mx/, Schneider, V. (1989). Masaje Infatil. Ed. Medici.

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