Al momento de su nacimiento el bebé no tiene idea alguna de las pautas relacionadas a la hora de dormir, ya que aún no tiene un horario establecido, no define lo que significa el día y la noche. Este será un proceso a largo plazo de enseñanza por parte de los padres, quienes en base a una rutina diaria logran establecer en el bebé recién nacido los horarios para dormir.
Existen rutinas previas antes de dormir, este circuito de acciones repetidas diariamente le indican al bebé que se acerca la hora de acostarse para dormir, también lo ayudan a relajarlo y predisponerlo para el descanso. La rutina también reduce la cantidad de veces que el bebé pueda despertarse durante la noche. El sueño cortado del niño ocasiona estragos en los padres, quienes no tienen la posibilidad de recargar energía durante la noche.
El bebé por medio de la rutina asocia costumbres agradables con el momento de ir a dormir, otorgándole confianza y tranquilidad. Esta rutina se establece realizando las mismas acciones por varios días en el mismo horario.
Ofrecemos una rutina de ejemplo, la misma puede ser adaptada en base a los horarios que cada familia maneja para ir a dormir: a las 6 pm puede definirse como el horario del baño del bebé y en este proceso puedes aprovechar para jugar con tu hijo en la bañera, ésta es una buena manera de cansarlo y predisponerlo para el sueño. A las 7 pm puedes marcar como el horario de tomar el pecho o tomar una mamadera, este tiempo es sagrado para el niño y la madre, es el momento ideal para mimar a tu bebé con canciones de cuna o músicas suaves.
Lograr que el bebé mantenga una rutina de sueño es sumamente importante para la familia, ya que establece un tiempo de descanso para todos, en especial para los padres quienes al obtener una buena noche de sueño de su bebé obtienen también un tiempo de descanso para ellos mismos.