El bebé desarrolla a lo largo de los meses un lenguaje receptivo que le sirve para comunicarse a pesar que no utiliza palabras. Poco a poco comenzará a incluir palabras pero para estimularlo los adultos podrán ayudarlo con simples acciones.
Consejos
Escucharlo: es fundamental que no sólo el niño escuche al adulto sino que también este último debe hacer un esfuerzo por comprenderlo.
Llamar las cosas por su nombre: es fundamental nombrar tanto a los objetos como a las personas por su nombre para que el niño logre identificarlos.
Ayudarlo a comprender determinados conceptos simples: como por ejemplo, caliente y frío. Esto se consigue dejando que experimente con el tacto, permitirle que toque un cubo de hielo y una taza de té caliente le servirá de ayuda. Arriba y abajo, este es otra idea que debe aprender la manera más fácil es alzarlo y mientras sube decirle “arriba” y cuando se lo deja en el suelo “abajo”. Una de las maneras más rápidas de que comprendan es mediante juegos didácticos.
Identificar colores: la manera más sencilla es enseñarle con sus propios juguetes “el auto rojo”, “la casa blanca”, etc.
Hablarle con frases de adulto y luego traducirla en un lenguaje más simplificado para que entienda.
No imitar su forma de hablar porque precisa escuchar cómo se pronuncian las palabras para corregirse y aprender.
Intentar que emita respuestas
Si no puede pronunciar una palabra se lo debe corregir en forma delicada para no desalentarlo.