Todos los seres humanos estamos acostumbrados a un ritmo circadiano, es decir, según la presencia de luz. Teniendo una predisposición para dormir durante la noche, en horas de oscuridad.
El recién nacido desconoce los ritmos de los adultos, siendo que en el útero materno no tenía horarios porque sus condiciones permanecían incambiadas la mayoría del día.
Durante los primeros meses los bebés pueden no dormir durante toda la noche, lo que produce una demanda y cansancio en los padres, que deberán levantarlo a consolarlo o alimentarlo varias veces en la noche.
Es importante que los padres pueden generar en su hijo los hábitos de sueño, de esta forma podrán descansar adecuadamente. Por otra parte, la adquisición de los hábitos de sueño del bebé según el ritmo circadiano contribuirá a su mejor desarrollo mental, además de mejorar el clima familiar.
Para lograr la adquisición de los hábitos de sueño del bebé se deberá acostarlo a la misma hora, despertarlo en la mañana, y ofrecerle el alimento a horas estipuladas. Luego de varios días siguiendo la misma pauta de horarios, los padres refieren que su bebé duerme toda la noche y se encuentra más activo a lo largo del día.
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