La respiración se inicia durante el nacimiento, con el primer llanto y continúa de forma permanente a lo largo de todo la vida del individuo. Los recién nacidos se caracterizan por tener una respiración periódica, es decir, respiran de forma rápida, luego suspenden la respiración por un breve periodo de tiempo y luego retoman de la misma manera. Durante los primeros meses de vida este tipo de respiración es completamente normal, situación que no deberá alarmar a los padres.
Es frecuente que los bebés presenten mocos por estar expuestos a bacterias y virus del ambiente, lo que produce que tengan ruidos al respirar. Para mejorar la entrada de aire es necesario desobstruir ambas narinas donde se acumulas mocos. Los mismos se producen como forma de eliminar los gérmenes patógenas presentes en los bebés.
Para el lavado de la nariz existe la pera de goma, que permite introducir agua en las narinas, para ablandar los mocos y que puedan ser eliminados de forma natural por el bebé.
La utilización de la pera de goma debe realizarse varias veces al día cuando el bebé se encuentre resfriado para asegurar una buena respiración. Los momentos ideales para realizar la limpieza de nariz del bebé es antes de alimentarlo.