Hasta que aparecieron los pañales desechables en el mercado, hace unos 35 años, la única opción posible era utilizar pañales de tela que requerían lavarse. Hoy en día, los pañales desechables satisfacen las necesidades y las expectativas de la mayoría de los padres y representan más del 80% de los pañales utilizados en todos los países industrializados.
Sin embargo, la elección del pañal es una decisión que debe tomar cualquier padre. Lo ideal es que elija entre los pañales de tela o los desechables antes de que nazca el niño, para que pueda contar con un buen suministro o contratar un servicio de lavado con suficiente antelación.
Para que tenga una idea, la mayoría de los recién nacidos gastan aproximadamente diez pañales al día.
Un bebé necesita cambiarse de pañal, a lo menos, 6 o 7 veces al día, y ese régimen dura hasta que los logre dejar, a eso de los 2 años. Naturalmente, ese proceso no se da en esa misma edad debido a las diferencias que puede haber en su evolución, por ello, es bueno saber aquellas alternativas que buscan el ahorro en la compra de pañales y la efectividad.
Los pañales desechables son, hoy por hoy, la alternativa reina de la mayoría de las familias. Son fáciles de cambiar y permiten que el bebé esté seco por más tiempo. Además, los puedes encontrar en variados tamaños los cuales consideran el peso y edad del bebé para que estén siempre ajustados y no se salgan con facilidad.
El único problema con esos pañales es que contaminan el ambiente; el hecho de que sean desechables no significa que necesariamente sean biodegradables.
Por último, una opción real a los dos tipos de pañales anteriores es el pañal ecológico. Son mucho más caros que los otros dos, pero se pueden reutilizar y después deshacer de ellos sin dañar el medioambiente.