El estado de embarazo produce una serie importantes de cambios en el cuerpo femenino, algunos identificables desde los primeros meses, en cambio otros son menos notorios durante los 9 meses.
La tolerancia del embarazo es muy variable en cada mujer, algunas tienen molestos síntomas y signos durante una parte o toda la gestación, en cambio, en otras mujeres pasan completamente asintomáticas.
Los calambres de la embarazada es un problema de salud frecuente, que tiene múltiples causas. Los mismos pueden deberse a cambios en los líquidos y iones corporales, especialmente el potasio, que determina un aumento en la frecuencia de aparición de calambres, especialmente en los miembros inferiores.
Esta situación puede verse intensificada por la compresión que produce el ovario sobre los grandes vasos sanguíneos, dificultando el retorno venoso desde las piernas al corazón. También puede producirse alguna dificultad al momento del reposo en la cama por compresión del hígado, dificultado el retorno venoso a nivel abdominal.
También influye el aumento de peso que sufre la embarazada, haciendo que sus piernas estén más demandadas en sostener al nuevo hijo, que posee dentro de sí.
Generalmente los calambres de la embarazada son pasajeros y mejoran con una caminata leve y un aumento del consumo de líquidos.
Se originan por cualquier proceso que disminuya el retorno venoso, como: insuficiencia venosa crónica o varices. Se producen por el efecto de un aumento de presión sobre la microcirculación cutánea. Producen escoriaciones y ecemas.