Hace poco ha nacido nuestro bebé, tan pequeño, tan frágil, tan tierno, tan inmune a las enfermedades, golpes y todo lo que pueda afectar a su salud. Tantas dudas y cuestionamientos nos hacemos en esos momentos sobre su cuidado, ya que debemos procurar que nuestro niño salga con un estado realmente saludable porque es lo más importante y preciado que tenemos en estos momentos.
Puede parecer raro y frustrante los principios de la maternidad, ya que para llevar una maternidad buena, que implica cuidar a nuestro bebé perfectamente y procurar su sano desarrollo en un ambiente adecuado y cómodo para él, es necesario conocer a nuestro bebé perfectamente. Es muy importante conocer sus distintas formas de expresarse y actuar para que el proceso de maternindad sea lo más tranquilo y seguro para todos.
Esta labor puede parecer poca en un principio, pero con el transcurso de los días nos daremos cuenta que parecería un ciclo sin fin, porque los gestos, actitudes y demás cosas que puede llegar a tener el bebé son tantos que no podemos comprender a la perfección todo. Aunque podríamos acortar el ciclo en las siguientes acciones: tener que comer, tener que dormir, deber estar limpio y que se sienta protegido.
Para no entrar en una etapa de dessesperación, hay que recurrir al método o concepto que hace más fácil todo lo relacionado a nuestra vida y rutinas: la organización, todo es cuestión de estar organizados. Hay que ir agarrándole el ritmo al bebé y comprender que la alimentación y su respectiva organización es el primer paso a dar, ya que para muchos padres es importante ver si el bebé se prende bien al pecho, si no agarra la teta, o cualquier otra actitud que tenga, para que tras cada siguiente alimentación, sepamos como organizarnos y cómo poder actuar ante cada circunstancia que nos presente el niño.
Llantos desconsolados son otras de las cosas a las cuales hay que observar y trabajar a fondo, ya que si se le agarra la causa, la solución y el tiempo estimado, podemos estar tranquilos de que en cuestión de minutos el bebé dejará de llorar desconsoladamente y quizás en un futuro podamos prevenir tales llantos y pase tan solo a casos menores.
No hay que olvidar que siempre que se necesite hay que recurrir al pediatra, ya que te sacará todas las dudas que se te pasen por la cabeza y ante cada problema que tengas, se encargará de brindarte la solución y logrará tranquilizarte y saber como reaccionar ante una situación similar en el futuro.
Igualmente, el cuidado de los bebés varia según los meses que lleven de vida y a medida que transcurra el tiempo, las medidas a tomar serán distintas y con los problemas sucede lo mismo. Lo ideal es saber que el cuidado de nuestro bebé se puede dividir en 4 trimestres, llegando al año de vida.