Desde el nacimiento la madre deberá aportar el alimento a su bebé. Durante los primeros meses con la lactancia materna exclusiva y luego con biberones de leche de vaca, con el agregado programado de alimentos sólidos.
El bebé a través del acto de succión obtiene la leche tanto del pecho materno como del biberón para su propia alimentación, la misma se almacena y comienza su digestión en el estómago. En caso de una técnica de lactancia inadecuada se producirá una mayor entrada de aire al estómago del bebé lo que aumentará la presencia de eructos, típicos de esta edad. Los eructos producen cuando se expulsa aire contenido en el estómago del bebé por una entrada aumentada a su tubo digestivo.
La entrada aumentada de aire puede producirse por los biberones, los cuales tengan una tetina con un orificio muy grande, que favorece una salida de cantidades importantes de leche, que contribuye a una deglución inadecuada con aire.
Luego de la alimentación del bebé se lo debe colocar de forma vertical, preferentemente sobre el hombre de un adulto para contribuir a que el aire extra pueda salir del estómago a través de los eructos, los cuales son un mecanismo normal y habitualmente presente.