Las familias generalmente pueden tener varios hijos, según los gustos personales. Tener uno o varios hermanos suele significar un compañero de juegos durante la infancia.
Es habitual que los padres, de forma intencionada o no, concientes o no, hagan comparaciones entre sus hijos. Hay que tener en cuenta que cada individuo es único, como ser humano y como hijo, por este motivo hay que evitar hacer comparaciones entre ellos.
Las comparaciones entre hermanos no sólo no aportan nada, sino que contribuyen a que haya alguna tensión entre ellos.
Los padres, muchas veces sin quererlo, suelen comparar las notas del colegio, el comportamiento e incluso los gustos de sus hijos. Hay que tener mucho cuidado y evitar tales comparaciones.
Puede suceder incluso que uno de los hijos sea el ejemplar, aquel que obtiene las mejores calificaciones, que mejor se comporta en relación a otro que tiene menor rendimiento escolar.
Todas las personas tenemos una tendencia natural a la comparación, forma parte de nuestra naturaleza. Es necesario hacer conciente y visible esta situación para evitar cualquier comparación entre nuestros hijos.
Un tema que deben hablar ambos padres frecuentemente y observarse entre sí, como forma de lograr una mejor crianza de todos sus hijos.