Los bebés recién nacidos duermen gran parte del día, el resto se alimentan e interaccionan con sus padres. A medida que crecen las horas de sueño diarias disminuyen.
El bebé desde que nace debe nacer en su propia cuna, es la forma de lograr un sueño seguro. Dormir en su propia cuna con un colchón duro disminuye la incidencia de muerte súbita del lactante.
Es habitual que los padres lleven a su bebé a dormir a su propia cama, por cansancio, porque llora o por cariño. El colecho, que significa dormir los tres en una cama es una práctica riesgosa. El bebé puede sufrir aplastamiento por alguna de sus progenitores o asfixiarse. Por este motivo se insiste en que el bebé duerma en su propia cuna. Durante los 3 primeros meses la cuna del bebé deberá colocarse en el cuarto de los padres, porque requerirá atención de forma especial durante la noche, como alimentarlo cada 3 horas.
Para evitar accidentes a la hora del dormir se debe insistir en que los padres eviten el colecho junto a sus hijos, teniendo en cuenta que es una práctica no recomendada por las pautas de sueño seguro del bebé.
