Es necesario que la mujer embarazada controle su gestación desde el momento que sospecha de la misma. El médico solicitará una serie de exámenes de sangre y orina para descartar enfermedades y valorar como transcurre el embarazo. Una de los exámenes de rutina que se realizan es la glicemia, que determina el nivel de glucosa en sangre de la madre.
Los niveles elevados mantenidos en el tiempo pueden que traduzcan que la embarazada posee diabetes gestacional. La misma se caracteriza por niveles elevados de azúcar en su sangre, que produce que el feto aumente mucho de tamaño y puedan aparecer algunas complicaciones luego del parto o cesárea.
Una mujer embarazada con diabetes gestacional puede haber sido sana previamente, pero la misma es una patología del embarazo. La madre debe realizar algunas modificaciones en su dieta habitual, se le realizarán controles más seguidos para garantizar que todo marche como lo planificado. Existen algunos medicamentos que pueden utilizarse para lograr que los niveles de glicemia sean normales. La práctica de actividad física regular y adecuada a la edad gestacional contribuye a normalizar los niveles de azúcar en sangre.
Un control adecuado del embarazo por parte del equipo de salud permite evitar complicaciones tanto de la madre como del bebé.