La longitud promedio de los recién nacidos de término es de 50 centímetros, este valor puede variar dentro de un rango normal por diversas causas: la altura de los progenitores, las semanas de gestación y características genéticas. Al momento de nacer, el bebé tiene una cabeza que ocupa una gran proporción de la longitud del mismo, pero a medida que crece la misma crece en menor medida que el resto del cuerpo.
La longitud del bebé aumenta de forma continua durante el primer año, existiendo valores deseables que el médico pediatra deberá evaluar, siempre teniendo en cuenta la altura de ambos progenitores. Los valores de longitud del bebé no pueden evaluarse de forma aislada, debe considerarse en forma conjunta, teniendo como meta que siempre aumente y no se estabilicen. Frente a la presencia de dos valores iguales separados por un mes el médico deberá extremar los controles para descartar cualquier problema de salud.
Hay que tener en cuenta que cada niño tendrá una altura determinada por sus genes, que fue influida por las características de la madre y el padre. Pero no siempre un niño será alto si ambos padres son altos, también puede suceder que un niño logre la altura de alguno de ambos padres o simplemente se crezca un promedio entre ambos.
