Etapas del bebé dentro del útero – Semana a Semana del feto

Visto en abcdelbebe.com

El comportamiento del feto dentro del vientre materno ha sido investigado durante años. Estudios demuestran que sus movimientos son reacciones frente a ciertos estímulos.

La presencia de una hormona en la sangre de la mujer corrobora esas primeras sospechas dadas por la ausencia del periodo menstrual. Sin embargo, a partir de la confirmación en laboratorio, se estima que han transcurrido mínimo entre siete y nueve días desde la fecundación. De aquí en adelante comienza el desarrollo sorprendente de una vida en el útero materno.

Además de la formación de las distintas estructuras anatómicas, el feto exhibe una serie de habilidades que pueden ser perceptibles a través del ultrasonido: expresiones de disgusto, dolor, movimientos respiratorios, brincos, hipos y estiramientos, entre algunos otros.

Cómo se mueve

“Los movimientos del feto están inversamente relacionados con la actividad de la gestante: en la medida en que esta permanezca activa, es posible que sienta menos a su bebé; pero si descansa, lo sentirá más: por eso, se mueve más de noche que de día”, afirma Marco Duque, ginecoobstetra y perinatólogo.

De igual forma, hay relación entre la actividad intrauterina y extrauterina del bebé. Quien es muy inquieto dentro del vientre materno también puede serlo fuera de él. Se cree que el desarrollo de la personalidad está relacionado con su movimiento.

Un estudio sobre temperamento, que resgistró los movimientos de 31 fetos, arrojó los siguientes hallazgos: bebés muy activos dentro del útero tendían a ser infantes más irritables. De otro lado, añade Duque, su hijo experimenta su propio estrés cuando la placenta no funciona adecuadamente, tiene restricción en su crecimiento o poco líquido amniótico. El estrés se refleja con disminución de los movimientos. “En algunos casos, esto tiene un efecto benéfico sobre el desarrollo pulmonar. Los niños más estresados pueden madurar más rápido su pulmón”, indica el especialista. Cabe recordar la importancia de que la gestante sienta los movimientos de su bebé. A partir de la semana 18, estos deben ser perceptibles al menos seis veces en un lapso de 12 horas. De lo contrario, es mejor consultar con el especialista adecuado.

Primer trimestre: de la semana 0 a la semana 12

Cuatro días después de la concepción, el óvulo fecundado es una esfera con cerca de 100 células, que busca llegar a la cavidad uterina, y las vellosidades de las trompas de Falopio son las encargadas de darle este empujoncito. Cuando se adhiere a la pared del útero comienza a llamarse embrión.

En la tercera semana empieza a formarse el corazón y en la cuarta ya está bombeando sangre. El tamaño del embrión al finalizar el mes será de un centímetro de largo y pesará menos de 30 gramos.

Entre las semanas seis y diez, el embrión se mueve y se estira. A las diez, abre y cierra la boca y traga líquido amniótico.

A la semana nueve es posible observar sus primeros movimientos. “Se ve un embrión con nacimiento de brazos y pies que se mueven en conjunto, como si estuviera en una hamaca”, afirma Duque. A la siguiente semana mueve sus brazos, respira líquido amniótico y abre y cierra su boca.

David B. Chamberlain, psicólogo estadounidense experto en psicología pre y perinatal, afirma en un artículo sobre ‘los sentidos fetales’, que en una serie de experimentos científicos realizados, se demostró que la sensibilidad táctil del embrión se manifiesta en el área genital a partir de la semana 10, en las palmas de las manos desde la 11 y en las plantas de los pies, desde la 12.

“A las 12 semanas se observa un bebé completamente formado y muy activo”, afirma el ginecoobstetra y perinatólogo.

Segundo trimestre: de la semana13 a la semana 28

Chamberlain dice que a la semana 14 es evidente un ‘repertorio’ de movimientos fetales, algo más espontáneos, y entre los que figuran los respiratorios. También mueve su quijada, y sus manos comienzan a interactuar con otras partes del cuerpo y con el cordón umbilical.
A mediados del segundo trimestre aparecen los reflejos de succión y deglución. En la ecografía, es posible ver un feto que aparentemente bosteza: traga líquido para desarrollar sus pulmones y abre mucho la boca.

Algunos estudios demuestran que la acción de tragar aumenta con sabores dulces y disminuye con los amargos. En el líquido amniótico se puede encontrar ácido láctico, pirúvico, urea, creatinina, aminoácidos, sales y proteínas.

A la semana 17, las papilas gustativas cuentan con el desarrollo suficiente para esta distinción. Otras investigaciones demuestran que el feto parece tener olfato. Varios componentes químicos pueden atravesar la placenta y llegar al líquido amniótico, que este consume permanentemente. Algunos componentes de los alimentos que ingiere la madre también lo rodean en su espacio acuoso.

Según Chamberlain, en el líquido existen cerca de 120 olores, captados en análisis científicos de numerosas muestras individuales. Si la madre prende un cigarrillo, el feto responde de forma negativa y cuando bebe café, registra cambios en sus movimientos respiratorios y latido cardíaco. El ginecoobstetra y perinatólogo Marco Duque opina que el sabor del líquido no sería tolerable para un adulto. Su olor lo compara con el cloro.

  • Movimientos: a la semana 15, los ruidos fuertes lo pueden alterar un poco. Algunos fetos se chupan el dedo y practican movimientos de inhalación y exhalación. A finales de esta semana, responde a la risa, tos, estornudo y otros movimientos de la madre.Ultrasonidos muestran erecciones fetales a la semana 16, especialmente cuando el bebé chupa su dedo, insinuando que es posible que experimente placer a través de la autoestimulación. Además, le da hipo y orina cada 40 a 45 minutos, aproximadamente, sustancia que constituye gran parte del líquido amniótico.A las 18 semanas se mantiene ocupado flexionando brazos y piernas, movimientos que la gestante comienza a percibir con mayor frecuencia a partir de ahora.

    El feto continúa imitando lo que será la respiración en el ambiente extrauterino, con su pecho moviéndose hacia arriba y hacia abajo, tomando líquido amniótico para practicar.

    Según Duque, algunas sustancias pueden incidir en el movimiento grueso del bebé y es posible que abra una mano o mueva un brazo como respuesta. Algunas cargas de glucosa, obtenidas de los alimentos que ingiere la gestante, que van por vía sanguínea y pasan de la madre al feto a través de la placenta, lograrían este efecto.

    “Comer hielo o cosas frías puede cambiar la temperatura del medio que rodea al feto”, indica el especialista. La sangre de la madre sufre una ligera variación y a partir de la semana 24, cuando el feto ha desarrollado corpúsculos en la piel y tiene sensibilidad táctil frente a este tipo de cambio, es posible que reaccione.

  • Él puede escuchar: “chuparse el dedo es un reflejo de succión, que se desarrolla muy temprano, entre las semanas 16 y 18. También lo es chuparse el dedo del pie y el cordón”, dice Duque.El feto vive en un ambiente de sonido, vibración y movimiento. La voz de la madre es particularmente diferenciable frente a otras voces.Los sonidos tienen un impacto sorprendente sobre el latido cardíaco: un estímulo de cinco segundos puede provocar cambios en este ritmo y en los movimientos. Algunos sonidos, incluso, son capaces de generar cambios en el metabolismo.

    Alrededor de la semana 16, el feto comienza a escuchar y a responder a los sonidos, aunque el desarrollo del oído externo no se presenta hasta la semana 24.

    Un estudio realizado por el centro médico Carolinas en Charlotte, Carolina del Norte (Estados Unidos) comprobó que el estímulo auditivo muy cerca del abdomen de la gestante hace que el bebé responda activamente.

    Chamberlain cita en su artículo un estudio realizado en Belfast con 400 fetos, a los que se les transmitió un sonido de 250 a 500 Hz y el cual halló que estos responden al estímulo desde las 16 semanas de gestación.

    “El bebé desarrolla sentido de la vibración y lo hace hacia la semana 22 y 26. A veces, cuando el feto está muy dormido y necesitamos saber si efectivamente lo está o le pasa algo, utilizamos un aparato que emite sonido y vibración, que se llama ‘estimulador vibroacústico’; se lo ponemos y usualmente reacciona, moviéndose”, explica el especialista.

    Investigadores de la Universidad de Nottingham, Inglaterra, les pidieron a tres gestantes que grabaran rimas infantiles. Luego, estas melodías se pusieron cerca del abdomen de la madre durante 15 segundos (por medio de un tubo), seguidos de 15 minutos de silencio. La grabación se escuchó de esa manera en 18 ocasiones, tiempo en el cual se registró un aumento destacado de la actividad cerebral del pequeño.

  • ¿Ve dentro del útero?: a las 20 semanas de gestación son perceptibles, por ecografía, movimientos oculares relacionados con episodios de sueño. El feto tiene cuatro, que van desde un sueño muy superficial hasta uno muy profundo, en cuyo caso los movimientos son más lentos. Los párpados permanecen cerrados hasta la semana 26. La piel y los huesos contribuyen al sonido y a la visión funcional.Tiene estados de REM (Movimiento rápido del ojo) cuando duerme. Se presenta desde la semana 23 y se acompaña de expresiones faciales en los sueños.Aunque no ve, entre las semanas 24 y 26 desarrolla un detalle de sombras y de contrastes; sin embargo, no distingue figuras ni colores. Reacciona frente a cualquier alteración en el vientre materno.

    Dentro del útero, el feto no tiene sentido de orientación: ignora si está acostado, sentado, boca abajo o boca arriba con respecto a la mamá. Tiene una posición aleatoria.

Tercer trimestre: de la semana 29 a la semana 40

En la semana 31 se le ven gestos de risa y bostezo. En la 32, pasa mucho tiempo durmiendo (casi el 90 por ciento) y se mueve aproximadamente 50 veces o más por hora. Flexiona y extiende su cuerpo. A principios de este trimestre, comienza a defecar.
Heidelise Als, psicólogo de Harvard, recalca la enorme estimulación táctil que el feto se da a sí mismo: se toca, se lleva una mano a la cara, junta una mano con otra o la lleva al cordón umbilical.

En este periodo, comienza a caminar alrededor del útero, empujándose con sus pies. Se ha visto por ecografía, incluso, que cuando la madre comienza a reír, se puede ver al feto flotando, rebotando y, ante el aumento de la risa, lo hace mucho más rápido.

Experimentos con prematuros de 33 semanas de gestación demuestran que chupan más fuerte un pezón endulzado que uno simple.

De otro lado, existen investigaciones, a partir de expresiones fetales de dolor captadas en las ecografías, que sugieren sensación de dolor y están directamente relacionadas con algo que les pueda estar sucediendo.

En 1978, los investigadores Birnholz, Stephens y Faria afirmaron que el feto se aleja o se vuelve contra la aguja durante una amniocentesis. Ultrasonidos efectuados después del procedimiento encontraron que el ritmo cardíaco del feto se altera e, incluso, sus movimientos se modifican durante unos días. Pocos minutos después de que una aguja punza al feto, se registra un aumento del 590 por ciento en la hormona beta endorfina y un 183 por ciento en cortisol, la hormona del estrés, lo cual evidencia la sensación de dolor.

En este trimestre, cuando los fetos son monitoreados durante la relación sexual de sus padres, sus corazones presentan aceleraciones y desaceleraciones que incluso llegan a los 30 latidos por minuto. Se les relaciona con los orgasmos.

Otro dato interesante: cuando la madre bebe un poco de vodka, los movimientos respiratorios del bebé se detienen entre 3 y 30 minutos. En este último trimestre, el bebé traga, en promedio, 1 litro diario de líquido amniótico.

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