Diversos estudios científicos han revelado a través de los años que el bebé puede escuchar desde el útero materno. La voz, la risa, el latido del corazón de la madre son sonidos familiares para el bebé recién nacido, los cuales ejercen un efecto tranquilizador sobre el mismo.
Desde los primeros meses de vida es la voz humana que más atrae la atención del bebé. Es recomendable utilizar canciones de cuna para estimular su curiosidad.
La audición es un sentido que se encuentra conectado y funcionando en todo momento, no tiene ningún mecanismo de encendido y apagado, por ende no es necesario dirigir el mismo de manera consciente.
Desde el momento de su nacimiento es aconsejable hablarle al bebé de frente. La cualidad auditiva del niño en aprender su entorno depende de que tan temprano estimulamos su oído.
¿En qué consiste la estimulación auditiva?
Consiste específicamente en hablarle al bebé, introduciendo nuevos sonidos para que vaya «asociando» este sonido con su entorno o ambiente. En ningún momento se debe hablar mal al bebé, es decir emulando el habla de un niño o desmoldando las palabras. Se debe hablar al bebé de forma correcta , en un volumen y ritmo adecuado.
A medida que el bebé va creciendo la atención del mismo en las gesticulaciones de los padres es mayor, con la intención de copiar el medio de comunicación que utilizamos. Es importante que cuando el infante logre pronunciar una palabra o una sola vocal (usualmente es «a») el o los padres deben copiar este sonido para hacerle entender que esta comunicándose. Este hecho estimulará aún más a su hijo.
Es así que los juegos de balbuceos, gorjeos, los sonidos guturales, repetir palabras sueltas sin sentido, llamar la atención con sonajeros acompañando todo esto con estímulos visuales resultan ser una técnica muy efectiva para lograr estimular la audición de su bebé.