El feto que vive y se desarrolla dentro del útero materno durante el embarazo requiere obtener el alimento de su madre. Este intercambio de sustancias tanto alimenticias como de desecho se lleva a cabo en la placenta, que luego se continúa por el cordón umbilical ingresando al organismo del feto. Este cordón umbilical contiene 3 vasos sanguíneos por donde circula la sangre fetal.
Este cordón es de vital importancia durante todo el embarazado y no debe comprimirse para permitir una buena nutrición fetal. En algunas ocasiones éste puede enredarse alrededor de algún miembro del feto o incluso en el cuello, si se ajusta demasiado puede disminuir el flujo sanguíneo hacia el bebé produciendo un hipocrecimiento e incluso llevarlo a la muerte.
Al momento de nacer el cordón umbilical es cortado lo que determina que el recién nacido tiene que comenzar a respirar por sí mismo para obtener el oxígeno, anteriormente lo obtenía de la sangre de la madre. Este proceso fisiológico normal lleva a varias alteraciones esperadas y deseadas en el sistema cardiovascular del recién nacido. El cordón umbilical se le caerá al bebé a los pocos días de nacido, sólo quedándole una cicatriz umbilical en la región central del abdomen.