En algunas ocasiones es imposible continuar amamantando al bebé pero esto no significa que necesariamente no se le brinde leche materna. La opción más utilizada para extraer leche es mediante bombas manuales o eléctricas.
El proceso de extracción no es tan fácil al comienzo sino que es preferible comenzar a practicarlo semanas antes de no poder continuar amamantando al bebé.
Se debe comenzar extrayendo 1 o 2 veces al día para luego comenzar a aumentar paulatinamente, de esta manera se consigue acostumbrar a las mamas a esta succión. Al principio no se obtendrá mucha leche pero a medida que pase el tiempo la cantidad aumentará debido a que el cuerpo se acostumbrará a ello.
Durante la lactancia es fundamental beber abundante agua para fomentar la secreción de leche.
Existen dos clases de bombas extractoras: una manual y otra eléctrica. La elección depende de cada persona por supuesto que las eléctricas son más caras.
Pero independientemente del tipo de bomba la preparación es siempre la misma: con las manos bien limpias se debe comenzar a masajear en forma circular la mama hasta llegar a la aureola. Con el dedo pulgar de la otra mano se presiona sin tocar el pezón por encima y con el índice por debajo de este. Una vez con los dedos en posición se debe presionar y soltar varias veces hasta que comience a salir leche. Es en ese momento cuando se debe apoyar el succionador sobre el pecho para iniciar la extracción. La presión debe regularse para no dañar la mama.
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