Evidentemente, no conviene lanzarse en realizar series de abdominales puros y duros antes de haber parido, ni tener la garantía de que no se requiere una reeducación perineal. No conviene olvidar que las primeras semanas después del parto, el mejor método para recuperar la forma es el de reposar al máximo. Sin embargo, existen movimientos suaves, fundados en la respiración, para tomar conciencia del cuerpo y comenzar a trabajar la musculatura de forma suave, como puede ser comenzar a ejercitarse sobre una cinta de andar.
Desde el final de la primera semana, sentada o de pie, se pueden tonificar los abdominales, soplando fuerte como si se quisiera apagar una vela que estuviera lejos. Para que este pequeño ejercicio tenga efecto, se recomienda practicarlo al menos 6 veces seguidas, durante varios momentos del día. Otra alternativa es el uso suave de las máquinas de remo.
El trabajo de la musculatura
Otro movimiento que trabaja la musculatura sin provocar traumatismos consiste en tumbarse sobre la espalda, colocando los pies en el suelo, y las piernas flexionadas. Las manos se colocan sobre el abdomen y se inspira a fondo, intentando sentir el vientre y los pulmones hincharse. Después, se expira apretando el vientre, contrayendo al máximo el perineo y la región anal, y se mantiene la contracción durante varios segundos.
Para tonificar los glúteos, los muslos y estirar la columna, hay que permanecer tumbada, con los pies en el suelo, y los brazos extendidos a lo largo del cuerpo. Al inspirar, se hincha el pecho y se dejan los riñones levantarse suavemente. Al expirar, se coloca la espalda en el suelo contrayendo el vientre y los glúteos.
Una prioridad, el perineo
El perineo es un conjunto de músculos y ligamentos que unen el ano con el pubis y forman una plancha que sostiene los órganos situados en la pelvis. El músculo principal es el músculo que levanta el ano. Una relajación demasiado importante del perineo puede ir acompañada de incontinencia urinaria, y algunas veces de incontinencia fecal, o descuelgue de órganos.
El perineo es particularmente solicitado durante el embarazo y a lo largo del parto. Al estar embarazada, la parte baja de la espalda se curva, lo que provoca el estiramiento del perineo. Pero sobre todo, el peso del útero se multiplica por 20 o por 30, y se ensancha y comprime la vejiga hacia abajo. Por otro lado, el flujo hormonal tiene tendencia a relajar los ligamentos y los músculos.
Al mostrarse más pesados, los órganos internos están menos suspendidos y pesan más sobre el perineo. Por esta razón, la reeducación perineal es muy recomendable, incluso en caso de parto por cesárea, y no únicamente cuando el niño nace por vía vaginal.