Según han revelado estudios recientes, el motivo por el que muchos niños obesos no hacen ejercicio puede consistir en que este les provoca trastornos respiratorios. Algunos investigadores de la Facultadad de Medicina de la Universidad de Miami y del Centro de Medicina y Ejercicio Deportivo Infantil de Miami, reunieron a un grupo de niños obesos y de peso normal que no manifestaban síntomas de asma en estado de reposo y los hicieron correr en un aparato, supervisando su respiración antes y después del esfuerzo. Más de dos tercios de los niños con sobrepeso presentaron espasmos en las vías respiratorias. Cerca de 40 por ciento de los chicos de peso normal también experimentaron una merma del funcionamiento pulmonar, pero mucho menos aguda que los del grupo de los obesos.
Entre los síntomas de los espasmos bronquiales causados por el ejercicio físico se cuentan el resuello, la tos, la falta de aliento y la fatiga rápida. El doctor Ted Kaplan, autor del estudio junto con el doctor Eduardo Montana, recomienda a los padres de niños obesos que pidan a su medico que evalúe los efectos del esfuerzo intenso en la respiración de sus hijos.
Los síntomas de asma probados por el ejercicio pueden controlarse, entre otros medios, con el empleo de un broncodilatador; es decir, con un producto que se inhala para ensanchar las vías respiratorias antes de que se emprenda la actividad física. A medida que el niño pueda hacer más ejercicio sin sufrir molestias, su condición física y su capacidad respiratoria mejoraran.
