Desde hace siglos las parejas solían tener gran cantidad de hijos, los cuales colaboraban a través del trabajo para el beneficio del núcleo familiar. Esta tradición ha cambiado en algunos países del mundo, en que los padres suelen tener pocos hijos.
Es habitual que las parejas deseen tener de una a tres hijos generalmente por diversos motivos. Un nuevo integrante de la familia cambia los vínculos que estaban completamente establecidos de forma previa.
Un nuevo hijo hace que los hermanos previos tengan varias fases para su aceptación como parte de la familia. Primeramente lo rechazarán, fase caracterizada por hacer actos de celos frente al nuevo hijo, estimulada por la dedicación intensiva que requiere de ambos padres en su cuidado.
Luego los hermanos aceptan a los nuevos integrantes luego de una etapa de evaluación previa. El cariño de los hermanos constituye un factor clave en el desarrollo del niño.
Los niños con hermanos suelen adquirir más precozmente muchas de las habilidades, que van desde hablar, caminar y comer sólo. Las causas de este fenómeno son múltiples, desde el aprendizaje por observación directa de su hermano, la mayor estimulación de los padres o el cariño de sus hermanos. Sin duda que pueden existir más causas y no ser mutuamente excluyentes.