La estimulación temprana es importante porque proporciona al bebe la experiencias precisas para desarrollar su potencial. Esta está compuesta de ejercicios que ayudan a consolidar capacidades cognitivas, motoras, sociales y emocionales.
Durante las comidas: es fundamental la formación de hábitos es en esta etapa cuando debe aprender que el tiempo de la comida no es para jugar. Para ayudarlo a entender es bueno que asocie un lugar para cada actividad un cuarto para dormir, una sala para jugar, el comedor para comer, etc. Durante este momento se le puede enseñar el nombre de algunos objetos pedirle que lo pase, enseñarle el nombre de personas queridas que compartan ese momento con él, etc.
Durante los cambios de ropa: es un momento ideal para que realice gimnasia. Es aquí cuando se miran las manos, los dedos, los pies, etc. Se lo puede motivar a que se mueva ayudándolo a estirarse, a pedalear, a abrir y cerrar los brazos, a sujetarse. Se pueden usar incentivos como juguetes que para alcanzarlos deba moverse.
Durante los ratos libres que pasa despierto: dejarlo sentado en algún sitio en donde puede mover los brazos y mirar a su alrededor. Dejarle a su alcance objetos y juguetes (no peligrosos) que realicen diferentes ruidos para que le llame la atención. Poner música suave pero que no sea lenta porque estas suelen provocarles tristeza. No hay que olvidar que un paseo fuera de la casa será ideal para que vaya conociendo las cosas que lo rodean.