Durante el embarazo el cuerpo femenino sufre una amplia variedad de cambios que determinan posibles grados de molestias e incomodidad.
El tránsito digestivo lento es un problema frecuente de las mujeres embarazadas. El mismo se produce por la compresión que se produce por el crecimiento del útero, con el bebé, el líquido amniótico y las membranas dentro del mismo.
La compresión directa sobre el colon y recto contribuye a una mayor dificultad para la defecación. Esta situación puede verse estimulada en mujeres que ya poseían un tránsito lento previo. Además el útero también puede determinar que las mujeres con hemorroides tengan una mayor inflamación de las mismas, dificultando una correcta evacuación digestiva.
También se producen cambio en el metabolismo hídrico de la embarazada, con una tendencia a una mayor acumulación corporal de líquidos, lo que determina una mayor absorción a nivel intestinal, produciendo materias más duras, dificultando su correcto desplazamiento y avance por el intestino. Se producen cambios a nivel de algunos iones en el tubo digestivo que favorece el tránsito lento durante el embarazo en la mayoría de las mujeres.
Con algunos cambios en la dieta, un mayor consumo de líquidos y algunas sustancias que puede recomendar el médico se puede mejorar esta situación de las mujeres embarazadas.
