El embarazo supone una serie importantes de cambios en el funcionamiento del cuerpo femenino, como forma de adaptarse al nuevo ser que tiene que alimentar para permitir un correcto crecimiento y desarrollo.
Durante la gestación el cuerpo de la madre es el encargado de proporcionar las sustancias nutritivas, el oxígeno y la eliminación de los productos de desechos. Los órganos femeninos actúan en mayor proporción para cumplir con las demandas de la nueva vida.
Por todos estos cambios es frecuente que la mujer tenga cansancio durante el embarazo, presentando un estado de menor actividad y determinación para realizar las actividades de la vida diaria.
Otro factor que influye y determina el cansancio durante el embarazo es el aumento de peso de la mujer, que afecta a sus articulaciones, huesos y músculos, especialmente a nivel de sus piernas. Este cansancio se exacerba cuando la mujer embarazada tiene que estar un largo periodo de tiempo de pie, por esta razón se evita que estén en esta posición.
El aumento de la presión abdominal producido por el feto determina una compresión directa de varios órganos, lo que determina una menor capacidad de retener la orina, teniendo que ir frecuentemente al baño, en conclusión la movilidad de la embarazada se ve incrementada.
