Todo niño tiene derecho a recibir cariño de sus padres, como aspecto esencial para su desarrollo físico, intelectual y moral.
El cariño de los padres a sus hijos habitualmente no es un tema que se valore en los estudios de los factores que influyen sobre un adecuado desarrollo físico y intelectual de los niños. Pero se ha descubierto que constituye un estímulo fundamental y vital para un desarrollo del cerebro.
Es vital que el niño reconozca a sus padres y reciba afecto de los mismos, que les permite sentirse seguro, de esta forma está listo para investigar y explorar el mundo que lo rodea.
Solamente sintiéndose seguro en su ambiente podrá desarrollar habilidades de observación, acción y de estímulo sobre el entorno cercano.
Un niño que recibe afecto seguramente camine más pronto y adquiera más precozmente todas las habilidades sociales, especialmente las de comunicación.
Hay que tener en cuenta que el cariño para el niño no siempre proviene de los padres, porque pueden estar largas jornadas fuera de casa por motivos laborales o pueden estar ausentes. En esos casos otros familiares o personas pueden desarrollar cariño con el niño. Se debe aprovechar todo momento con los hijos para demostrar el cariño hacia ellos.